"La potencia intelectual de un hombre
se mide por la dosis de humor que es
capaz de utilizar" F. Nietzsche
El padre
muy joven
se cubrió
de palabra
y risa;
se despojó
de los lenguetazos
bífedos de
culpa y dolor.
Ya viejo,
el buen hombre,
en el quicio
desvencijado de
sus días,
/payaso vitalicio/
rebusca (presuroso)
entre las arrugas
de su alma,
palabra y risas,
azucaradas,
para distraer
la muerte.
Namid A